Es un método de curación energético que se utiliza para desbloquear sentimientos ocultos. El doctor Bradley Nelson lleva enseñando esta técnica desde 1998 desarrollada por él mismo mediante el estudio y la práctica.
Cuál es su función
Existe un bagaje emocional lleno de dilemas en cada uno de nosotros el cual no sabemos superar. Hay cierto tipo de sentimientos que nuestra mente bloquea a causa de un desagradable pasado asemejándose al viento que puedes sentir pero que no puedes ver. Cuando cierto tipo de emociones se encuentran atrapadas pueden derivar en problemas físicos o mentales siendo la base de esta técnica la búsqueda y eliminación de dichas emociones.
El código de la Emoción
En investigaciones recientes se ha descubierto que el campo electromagnético del corazón supera al del mismísimo cerebro, lo cual nos lleva a que su implicación tiene más trascendencia de la que creíamos. El código de la emoción ha sido creado para dar una nueva visión y proporcionar medios para poner en libertad esos sentimientos atrapados pudiendo de nuevo gozar de nuestra salud y liberarse de esas fuerzas sutiles que los tienen escondidos.
Pasos a seguir en la aplicación del código de la emoción
El primero sería obtener el permiso del paciente para poner en práctica dicha terapia, una vez obtenido se utilizará la kinesiología, técnica que ayuda a identificar los factores que paralizan los procesos naturales de sanación del cuerpo y que tienen su origen en aspectos emocionales o traumas que al no ser digeridos a nivel mental se reflejan en molestias físicas como dolores o molestias. Mediante una serie de preguntas se obtiene una puntuación en el test kinesiológico para intentar determinar cuál es la emoción que no fluye definida en una tabla especial.
El siguiente paso sería preguntar si podemos liberar la emoción mediante un imán similar a los que tenemos en nuestros frigoríficos. Este imán se debe colocar a dos centímetros sobre el entrecejo (chacra del tercer ojo) y desplazarlo en línea recta por encima de la cabeza y la frente hasta llegar a la nuca, repitiendo este paso tres veces. Si esta emoción ha sido heredada de nuestros padres o ancestros, se repetirá diez veces.
Una vez realizado este paso habrá que verificar si la emoción ha desaparecido, sino es así habrá que repetir el proceso.
Liberar una emoción supone revivirla durante unos días y es así como la sanación empieza su curso. Hay que dejar fluir el recuerdo del trauma para sentirse mejor finalizado el proceso. Es necesario familiarizarse con el test kinesiológico antes de proceder con la terapia resultando muy sencillo y fiable una vez aprendido.
Desirée R.A.