El jengibre es una raíz milenaria, la cual sirve como remedio natural para tratar diferentes problemas digestivos, gripes, artrosis y muchísimo más. La medicina china tradicional le otorga a esta raíz la propiedad de tratar diferentes enfermedades relacionadas con el yin, es decir, enfermedades acrecentadas o causadas por el frío.
El jengibre es un antiinflamatorio natural, que sirve para poder licuar la sangre levemente, mejorando el flujo sanguíneo y luchando contra los vértigos y los mareos producidos por la artrosis cervical. Además, posee varias propiedades mucolíticas, las cuales favorecen la expectoración de flemas de pulmón.
Contraindicaciones del jengibre
El jengibre eleva en décimas la temperatura del cuerpo, por lo que se desaconseja cuando se tiene fiebre. Además, está contraindicado en mujeres embarazadas, ya que hay estudios en donde diagnostican que las hormonas sexuales del feto se pueden ver afectadas, sobre todo en la formación del bebé. Sin embargo, esta raíz es muy beneficiosa, por lo que se recomienda ir al médico y consultar antes de descartarla completamente.
Otras de las contraindicaciones que pueden aparecer, son las diarreas, la aciez y las molestias estomacales e incluso irritaciones subcutáneas. Está aconsejada en los casos de úlcera gástrica, siempre y cuando no haya sangrado.
Los especialistas recomiendan utilizar de manera cautelosa este tipo de raíz, cuando se toman otros medicamentos anti-coagulantes, ya que retarda la coagulación y por tal motivo, las probabilidades de perder sangre o producirse hematomas pueden elevarse.
¿Cómo se usa el jengibre?
Por lo general, dependiendo siempre de la dolencia se suele emplear el tubérculo en infusiones, tanto sea fresco como en polvo. Para hacer una infusión, hay que hervir el agua y en un vaso añadir abundantes trozos de jengibre pelado y una rodaja de limón. Luego, se echa el agua hervida sobre los trozos y se deja reposar durante quince minutos. Por último, solamente basta colar y tomar tres tazas durante el día, una antes de cada comida.
También se puede utilizar diez gramos de jengibre en polvo por cada taza de agua hervida y así, preparar un té, ya sea con la incorporación de miel o azúcar. El jengibre también suele usarse en combinación de otro tipo de plantas o té, tal como el té verde, rojo, la canela, manzanilla o limón.