¿Sabías que tu cuerpo funciona gracias al magnetismo natural que genera? Resulta increíble pero es cierto. Descubre los grandes secretos que esconde la magnetoterapia como técnica terapéutica para curar y aliviar dolores.
Para que nuestro cuerpo funcione correctamente con las miles de funciones que realiza cada segundo, utiliza el magnetismo natural que encuentra en los huesos donde se almacenan depósitos de magnetita destinados a intensificar el campo magnético. Donde la retención de calcio óseo es más importante, la interacción de otro campo magnético va a modificar algunos procesos biológicos como favorecer el intercambio de cargas entre la membrana celular. A partir de esta premisa surge la Magnetoterapia como técnica terapéutica para curar, que consiste básicamente en aplicar campos magnéticos fijos o variables sobre una zona del cuerpo aquejada de una disfunción o traumatismo.
Para qué está indicada
Los efectos terapéuticos de la Magnetoterapia son muy diversos pero entre los más importantes y conocidos se encuentra la disminución de edemas, aumento de la síntesis enzimática, regulación de la función endocrina, mejora del sistema inmunológico, control del sueño, tranquilizante y sedante así como antiespasmódica y además, estimula el sistema circulatorio venoso y linfático.
Esta novedosa terapia restablece el potencial de la membrana alterada aumentando el metabolismo del oxígeno y produciendo una mayor utilización del mismo.
Además, se ha descubierto que gracias a la Magnetoterapia se puede aumentar la microcirculación local, estimula la osteogénesis y como consecuencia de ello se mejora y acelera la reparación de las fracturas aumentando, así, el metabolismo del calcio y la cicatrización, dando lugar a una relajación muscular.
En realidad, está especialmente indicada para procesos traumáticos, patologías osteoarticulares crónicas o agudas, patologías degenerativas, patologías inflamatorias, neurología, trastornos circulatorios, trastornos ginecológicos, problemas otorrinolaringológicos y respiratorios, reumatología, dermatología (por su facilidad a la hora de reparar los tejidos), etc.