Terapia ortomolecular

Aunque muchas personas han escuchado hablar sobre los beneficios de la , muchas en realidad, no saben exactamente lo que es ignorando que su éxito radica en la administración de suplementos naturales de vitaminas y minerales sobre una base esencial de 5 pilares que desarrollamos a lo largo de este artículo. Hace muchos años que es utilizada en otros países pero ahora comienza a introducirse en nuestra nueva forma de ver la vida y más bien, la salud.

A lo largo de su historia, médicos y terapeutas confirman la enorme eficacia que tiene la terapia ortomolecular y la suelen definir como «el tratamiento de la enfermedad aumentando las concentraciones en el organismo de oligoelementos que normalmente están presentes». Y, por si no lo sabes, se debe a que muchas enfermedades que proliferan en este siglo XXI y en nuestra sociedad tienen lugar por un desequilibrio molecular que es posible corregir si se suministran nutrientes correctos, específicos y en el momento indicado. Por eso, hoy día se utiliza como complemento al tratamiento de enfermedades crónicas degenerativas como el cáncer, la artritis, el envejecimiento, la impotencia, la diabetes, etc.

En concreto, la terapia ortomolecular se lleva a cabo con dosis masivas de vitaminas y minerales, aminoácidos, enzimas y coenzimas, oligoelementos y demás suplementos naturales para contrarrestar el efecto del empobrecimiento de la tierra y de la toxicidad del agua del grifo que consumimos a diario.

Los 5 pilares básicos

Para un correcto y verdadero , hay que respetar a pies juntillas los siguientes puntales:

  • Desintoxicar el cuerpo: se puede hacer tomando pulpa de Aloe Vera puro antes de las comidas pero si no lo resistes por su sabor fuerte, puedes tomar un litro de agua con limón a lo largo del día.
  • Alimentos biológicos: son ecológicos, no están adulterados y no han sido expuestos a pesticidas y elementos químicos.
  • Dieta complementada con nutrientes ortomoleculares: algunos laboratorios lo hacen con sustancias naturales y sirve para fortalecer el sistema inmunitario.
  • Abordar los conflictos emocionales: cuanto antes soluciones un problema que afecta de manera psicológica y emocional, antes se reestablece y reequilibra tu sistema inmunitario.
  • Decir NO al sedentarismo: hacer todo el ejercicio posible aunque sólo sea andar, pero mover el cuerpo para evitar oxidar el cuerpo y los músculos. Además, te ayudará a cumplir mejor el punto anterior porque el ejercicio limpia la mente de pensamientos nocivos y libera endorfinas.

No olvides que prevenir es mejor que curar y que la solución está en tus manos. Una terapia que puedes aplicarte a ti mismo y que puede aportarte muchos beneficios así como cambios en tu vida.

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