Esta es una terapia alternativa que utiliza las propiedades de los aceites esenciales que se extraen de las plantas aromáticas. Los aceites esenciales no son ingeridos, se los utiliza para inhalarlos o aplicarlos sobre la piel.
A través de estos aceites establece la armonía del cuerpo y la mente. El potencial curativo que tiene la aromaterapia proviene de su capacidad para provocar la relajación, y a la vez, generar una sensación de felicidad y bienestar en quien la recibe.
Por supuesto esta terapia no reemplaza a la medicina convencional, sino que la complementa. Hace que sus efectos sean más raudos y duraderos. La aromaterapia llega a lo más profundo del problema logrando que seamos curados por nuestras propias energías.
A través de la aromaterapia logramos eliminar todos los efectos tóxicos e indeseables que nos aporta la medicina tradicional. También logra que nuestro organismo se armonice, y hace que pongamos de nuestra parte toda la fuerza necesaria para lograr una pronta sanación.
Se considera a la aromaterapia el lenguaje del alma, nuestro cerebro percibe los aromas a través del olfato, y lo sitúa en el área de las percepciones. Los aromas actúan por asociación, evitando nuestra parte consiente que analiza, escribe y traduce todo en palabras que pueden comprenderse.
La aromaterapia se centra eminentemente en dos de nuestros sentidos: el olfato y el tacto. Diversas investigaciones han arrojado como resultado que las personas responden a los aromas a un nivel emocional, muy superior al de los otros sentidos. Los seres humanos tenemos memoria olfativa, un aroma puede desencadenar en nosotros recuerdos que creíamos olvidado. Algunos aceites tienen la propiedad de reducir la ansiedad, la depresión y la fatiga mental.
El olfato: es el más activo de nuestros sentidos, percibe aromas hasta cuando estamos dormidos, nos da información constante sobre donde estamos, que nos rodea, o si alguien se acerca.
Los aromas entran por la nariz y alcanzan la mucosa olfativa, este es el lugar donde se sitúan las células olfativas sensoriales, las células de sostén y las basales. Los aromas son transportados a los cilios, que transforman los olores en señales químicas. Las señales que da el aroma son conducidas por células receptoras hacia el sistema límbico y al hipotálamo. En poco tiempo, gran parte de la señal recibida llega a la corteza cerebral haciendo que tomemos conciencia del olor que percibimos.
El tacto: utilizar este sentido es un instinto eminentemente humano y una necesidad primordial. A través de los tiempos los seres humanos hemos utilizado el tacto como medio de comunicación, de expresión, de afecto, y en forma terapéutica.
La utilización del tacto interviene en el sistema nervioso centrar autónomo, relajando y dándole nuevas fuerzas al cuerpo. Fomenta también la secreción de endorfinas que actúan como tranquilizantes naturales que produce el organismo, para reducir el dolor, o cuando se produce una sensación sumamente placentera.