Las finalidades del yoga son siempre las mismas: la unión de la mente, el cuerpo y el alma. No obstante, es necesario saber que hay escuelas para niños, otras para mujeres en embarazo, también puede haber yoga para empresarios y para la tercera edad. Lo que tendremos que pensar entonces es si cuál de estos grupos estamos para llegar directamente donde impartirán las clases más apropiadas.
Otro aspecto importante a detallar es la energía que sentimos al llegar al lugar, la forma en que nos conectamos con el maestro. También es relevante el grupo al que llegamos, los compañeros de clase, porque si son agradables y nos sentimos cercanos a ellos, todo fluirá de buena manera.
Y, por supuesto, saber qué es lo que buscamos: si queremos solo meditación o si buscamos fortalecer nuestro sistema circulatorio o curar dolencias físicas, como dolores de cabeza y de espalda, o manejar el estrés.
Conocerse para saber qué es lo que quiero.
Algunas escuelas dan la posibilidad de asistir al centro para probar la experiencia y luego decidir. Es recomendable que la escuela quede cerca de casa, para que te sea fácil el desplazamiento allí.
Si exploramos nuestro estado físico y mental, sabemos qué resistencia tenemos, si te agrada más la meditación que el ejercicio físico, tendremos todo lo necesario para exponer nuestras inquietudes al instructor. Lo básico y elemental, las posturas básicas, te las pueden enseñar en la mayoría de escuelas.
Existen por ejemplo varios tipos de yoga, como el yoga Kundalini, que puede ser una opción para aquellos usuarios que buscan resultados rápidos. En cambio, para quienes les gusta algo más quieto y pasivo, el Mantra Yoga puede ser muy atractivo.
Si eres una persona que no se encuentra en una buena condición física, el Hatha Yoga uno de los estilos más antiguos creados en India puede ser de tu interés. Se trata de un estilo suave, que se enfoca en la meditación y en la respiración, lo que te ayudará a aliviar el estrés y a mejorar tu respiración. Sin embargo, si sueles hacer ejercicio, el Vinyasa Yoga puede ser una mejor opción, pues además de coordinar la respiración y el movimiento, podrás mejorar tu elasticidad y tonificar los músculos de tu cuerpo.