Terapia con imanes para tratar el asma

El asma consiste básicamente en una dificultad para poder respirar, causada por la opresión de los bronquios. En un principio, esto se debe a una resistencia del organismo a varias sustancias que están en el medio ambiente, como por ejemplo el polvo, los hongos, las esporas, los pelos de animales, los químicos, los contaminantes o los gérmenes que el individuo porta. También puede tratarse de factores psicológicos y hereditarios.

La localización de esta enfermedad es en la glándula suprarrenal, específicamente en la séptima dorsal.

El asma puede ser tratado mediante una terapia con imanes, también denominada biomagnetismo, la cual procura encontrar el equilibrio del pH en el organismo, por medio del tratamiento con campos magnéticos y de esa manera, eliminar las bacterias u otras sustancias.

¿Cómo se aplica la terapia con imanes?

Principalmente la idea de esta aplicación, consiste en un imán negativo y en otro positivo, cuya fuerza supera los 1000 gauss, medida que se utiliza para saber la intensidad del magnetismo. Gracias a esa aplicación en el organismo se produciría un cambio en su nivel bioquímico, el cual neutralizaría el pH y todas las acciones de los microorganismos.

La primer instancia en donde el virus no sobrevive es en el pH neutro, ya que su nivel exacto es siete, al pasar ese nivel se estaría hablando de pH alcalino. Por lo tanto, se ha descubierto que cuando el virus que ataca al asma se acerca al polo positivo del imán, el nivel llega a un pH de 7.3, mientras que todas las bacterias que se acercan al imán negativo, poseen un pH mucho más alcalino.

¿Cuántos minutos de terapia con imanes se precisa para tratar el asma?

Para poder tratar el asma con imanes, bastarían de veinte minutos en las zona suprarrenal, para que los microorganismos se eliminen. Cuando se habla de terapia con imanes no solamente se trata de sanar, sino que también, ésta sirve para poder prevenir, ya que algunos practicantes, aseguran que las emociones que acontecen a diario, son las que en muchas ocasiones hacen accesible el campo magnético que abarca el organismo, impidiendo así la ejecución correcta de la protección ante los agentes externos.

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