Nuevas terapias contra el cáncer

Las nuevas terapias que se utilizan contra el cáncer consisten en ciertos fármacos que interfieren en el crecimiento celular maligno. Además de eliminar este tipo de células cancerígenas, estas terapias refuerzan el sistema inmunitario para ayudar al organismo a que sea capaz de destruir dichas células.

Nuevas

Las nuevas terapias que se utilizan contra el cáncer son ciertos fármacos cuyo objetivo estriba en eliminar la célula cancerígena. Los investigadores la llaman “blanco molecular” y a los fármacos que se utilizan en este tipo de terapias los denominan “terapias dirigidas”.

Es posible que las terapias dirigidas sean más eficaces que los tratamientos tradicionales como la quimioterapia y la radioterapia o por lo menos, resultan menos agresivos.

Muchas de las terapias dirigidas ya están aprobadas y se están utilizando eficazmente en pacientes; otras se hallan en fase de pruebas con animales y otras aún están en período de investigación.

Las terapias dirigidas tienen como objetivo ser utilizadas como único tratamiento del cáncer o en combinación con la quimioterapia.

La primera terapia dirigida ha sido orientada al cáncer de mama. Ya que es el estrógeno la célula por la que el cáncer de mama crece y prolifera, este tratamiento está dirigido a interferir directamente en la capacidad del estrógeno para formar células malignas.

Los fármacos utilizados para este tratamiento son el tamoxifeno, toremifeno y el fulvestrant. Otros fármacos utilizados son los llamados inhibidores de la aromatasa. La aromatasa reduce la producción de estrógeno y frena el crecimiento de las células cancerígenas.

¿Son totalmente efectivas las nuevas terapias contra el cáncer?

Estas terapias dirigidas pueden no ser tan eficaces en ciertos tratamientos de cáncer. Es posible que las células malignas se puedan hacer resistentes a las terapias dirigidas. En el caso de que esto ocurriera, por ahora, no existe otra terapia dirigida que pueda sustituirla para vencer el cáncer por lo que será necesario utilizarla conjuntamente con otros métodos tradicionales como la quimioterapia y la radioterapia.

Todos estos tratamientos existentes pueden individualizarse según la necesidad del paciente. Además, las terapias dirigidas contra las células malignas distinguen perfectamente las células cancerígenas de las que no lo son, por lo que estas nuevas terapias reducen considerablemente los temidos efectos secundarios de los tratamientos tradicionales con lo que se mejora la calidad de vida del paciente al no atacar a las células normales de su organismo.

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